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La loba que aúlla

Anoche en mi casa de campaña tuve una profunda conexión con la ausencia. Estaba sentada buscando a través de la malla de la carpa, entre los altos y delgados árboles, de la selva yucateca a la Luna. Por más que busqué no logre ver su silueta megüando, pero sabia que estaba ahí, por el blanco brillo que percibía en la copa de los árboles y porque al cerrar los ojos conecte con la nostalgia.


Sentí mi corazon un poco titilante y al preguntarle que estaba pasando, me mostró el sentimiento añoranza por mis hermanas, por mis amigas, por mis madres, por mis tías, por todas las mujeres a las que he amado y que me han amado. Porque las echo de menos. Pero también sé que están donde han decidido, al igual que yo. Así, con este agridulce sentipensamiento* le aullé a la Luna:


ree

aaaauuuuuuuuuu!!!


El primero fue corto y un poco tímido, el segundo salió con más seguridad:


aauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!


El tercero y el cuarto, salieron sin que yo los buscara, casi como un reflejo de mi profunda cercanía con las mamíferas del grupo de los cánidos. Estos fueron largos y profundos.


auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!

auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!



De mis entrañas salió ese semiamargo sentimiento de melancolía que explotó en mí pecho y garganta; e impulsó el último aullido de la noche que salió de mí, con la voz ronca, grave y muy sonora:


aUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!


En ese momento me transforme en loba, aullándole a la luna, buscando a mi manada.


--------



Contexto: escribí esto cuando viví en la selva por unos meses, fue en esa temporada donde a través de mis poros respiró esa mujer salvaje que me habita.


La luna y sus ciclos. Los insectos y los animales tan receptivos a ella. Y yo, usando la sonoridad de mi voz para enviar un mensaje de amor semiamargo a través de su impresionante luz.


Hoy me he animado a subir esta entrada porque volví a ver un video de la despedida que le hicieron al abuelo, sus amigos acudieron con sus gigantes camiones hasta donde honraban el cuerpo de mi abuelo ya sin su espíritu e hicieron un largo sonido con sus bocinas, uno tras otro, parecía que se respondían entre ellos. Yo lo sentí casi como aullidos y mientras miraba el video se me llenaron los ojos de lagrimas y me sorprendí aullando junto con el extenso sonido de sus bocinas.


Desde este presente sigo honrando tu vida, manteniendo el fuego vivo de mi salvajidad** y de mi libertad.





*Sentipensamiento: Una mezcla (a veces equilibrada) entre los sentires y pensares que atraviesan mi cuerpo al vivir las experiencias que me presenta esta dimensión.

**Salvajidad: Un raro invento en el que convertí la palabra salvaje en sustantivo, sólo a mi antojo.


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