Mi otra vida
- Mujer Manantial
- 22 ene 2022
- 2 Min. de lectura
Me acuerdo de esas escaleras con duela en cada escalón. Recuerdo haberme sentado en cada uno, porque me parecía increíble vivir ahí. Me acuerdo de ti y de mi, co-habitando, re-ordenando, descubriendo y cantando. Me acuerdo de una sala vacía que se transformó por temporadas, hasta cumplir con los niveles de decoración que buscabas (: Recuerdo con mucho cariño como compartíamos el baño por las noches (habiendo un par más) para cepillarnos los dientes, para platicar sobre nuestro día y la batalla diaria contra el reloj y el sueño, sólo para tener esos minutos adicionales de charla.

Recuerdo el sonido de las patitas de Zyanya, subiendo y bajando, cumpliendo su deber nocturno de cuidar los espacios, el sonido de su respiración de alivio al volver de dicho deber y las vueltecita que daba antes de acostarse en su cama. Ahora, cada noche, me descubro con ganas de estirar mi mano fuera de mi cama y encontrar su cabecita ahí, lista para ser acariciada.
Recuerdo el eco de las notas del ukulele rebotando por el domo. La facilidad con la que mi armario se extendía con tu estilo y preguntarte sobre qué combina mejor para vestir hoy. Me acuerdo de tus abrazos llenos de amor, tus caricias, con esas, tus manos finas y largas, con regularidad frías, pero siempre perfectas para hacerme apapachos.
Extraño quedarme en la puerta, deseándote un buen día al despedirnos. Cada día que pasa pienso en ti con cariño, uno de esos que es incondicional y eterno. Te echo de menos <3
Contexto: Escribí esto como parte de un reto de escritura. Fue en el año 2020, donde la vida dejó de ser predecible y se volvió dolorosamente endeble. Ahí estaba yo, en un país distinto al de mi origen, con más nostalgias que risas y con un frío que mi cuerpo resentía en los huesos. Así salieron estas líneas ⬆️.
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